En la última edición de la Copa de Ferias el equipo cayó en segunda ronda ante el KSK Beveren con gran polémica arbitral en el partido de vuelta. Sin embargo, Djalma Santos acortó distancias y el partido empezó a calentarse. Cuentan también que, unos minutos después, Djalma Santos se desentendió durante unos segundos del juego para perseguir a Zoltán Czibor por el campo. Hungría se enfrentó y venció a Corea del Sur y Alemania Federal, con un abrumador balance de 17 goles a favor y 3 en contra. Hungría se adelantó con dos goles y todo apuntaba a una nueva goleada. Llegaba una nueva cita olímpica en Berlín. «Los magiares» ganaron ambos partidos por 4-1 y se clasificaron por primera vez a la máxima cita mundialista. Entre 1948 y 1956, la selección húngara jugó 52 partidos internacionales, de los que solo perdió uno, precisamente el que le consagraría como el mejor equipo del mundo y, posiblemente, de la historia del fútbol europeo, una nueva final del Mundial. Después de superar a una débil selección griega en las eliminatorias de clasificación por un 11-1, en la que sería la peor derrota jamás sufrida por «Los Helenos», continuarían con un exquisito fútbol que les serviría para ir eliminando con asombrosa facilidad a todas las selecciones que se les iban cruzando, hasta llegar a la esperada final, convirtiendo 13 goles en tres partidos y recibiendo solamente uno.
El partido de cuartos de final les enfrentó a Brasil, vigente subcampeona mundial, en uno de los choques más duros de la historia, que pronto pasaría a conocerse como la «Batalla de Berna». En su partido en Dublín contra Inglaterra, Alf Ringstead adelantó a los anfitriones 1-0 antes de que John Atyeo empatase en el último minuto para rescatar un empate 1-1 para Inglaterra. Fue una revolución futbolística que terminaría en 1956 con otra revolución, ésta de carácter político, pero que, durante algunos años, mostró a una maravillosa generación de jugadores que elevó el juego a un nivel desconocido hasta entonces. En Puente del Rey, con capacidad para 20.000 personas, se han instalado para la ocasión diferentes espacios para la animación musical y una pantalla gigante. El Campeonato del Mundo de 1954 de Suiza depararía un amargo e inesperado resultado en la historia del fútbol húngaro. La Copa Mundial de Fútbol de 1994 fue la decimocuarta vez vez que la Selección de fútbol de Brasil participó en una Copa del Mundo.
Todos los que los vieron sobre el campo coinciden en una cosa: su excelso juego. Al parecer, Nilton Santos, realizó una terrible entrada sobre József Bozsik, que respondió con un directo a la cara del brasileño. Mihály Lantos marcó para Hungría y Julinho no tardó en anotar el 3-2. A partir de ahí, las crónicas no se ponen de acuerdo sobre lo que realmente sucedió. No está claro si fue un espectador o Puskás, que continuaba lesionado y había presenciado el partido sentado en el banquillo. El combinado estaba obligado a ganar su partido frente a Rumanía y confiar en que los franceses lograsen un resultado favorable en su enfrentamiento contra Bulgaria. El partido contra los alemanes se cerró con un 8-3 y una exhibición de juego, pero acabó con la lesión de Ferenc Puskás, que había llegado a Suiza en su mejor momento y era considerado como uno de los mejores jugadores del mundo. Los 12 clasificados fueron encuadrados en cuatro grupos de tres participantes, que jugarían en Barcelona (grupos A y C) y Madrid (grupos B y D) con estadios preasignados. Este fútbol con el que asombró a Europa le valió el apodo de «Equipo de oro», o «Magiares mágicos».
Gracias a este logro, México tendría la oportunidad de jugar por primera vez en un mundial de la competencia. Durante el periodo de la posguerra, la Europa del Este se encontraba devastada por los bélicos actos de la Alemania nazi que saldría finalmente derrotada. El país alemán se encontraba dominado por el dictador Adolf Hitler que ya mostraba signos de discrepancias notables con los países del régimen comunista. Las selecciones del Este, siempre habían competido bajo el amateurismo por lo que apenas notarían un descenso en su rendimiento. Existen otras ubicaciones en el fútbol que ocupan una posición muy similar, por ejemplo los laterales ocupan las bandas pero en la línea defensiva, los interiores (también llamados centrocampistas) se encuentran en el medio del campo. Sin embargo, en el decisivo partido, la vigente campeona mundial, la selección italiana, se impuso por 4-2, haciendo inútiles los goles húngaros y las actuaciones de György Sárosi, el gran goleador que sería la semilla que traería la mejor generación de la historia del país. La apuesta de Luis Rubiales, presidente de la RFEF, y José Francisco Molina, director deportivo de la selección, ha sido la de un ‘hombre de la casa’, un técnico muy alejado del perfil que representaba Luis Enrique y que ya se ha consolidado durante años dirigiendo diferentes categorías de las Selección Española.
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